Hoy, 30 de junio, celebramos el Día de la Amistad Hispano-Filipina o el Día de la Amistad entre Filipinas y España. El ex senador Edgardo Angara, un hispano que murió recientemente (13 de mayo), patrocinó la propuesta de ley que más tarde se conocería como Republic Act No. 9187 o un acto que declara el 30 de junio del año como el Día de la Amistad Hispano-Filipina. La propuesta fue aprobado y se convirtió en ley el 5 de febrero de 2003.
Pero cuestiono respetuosamente el uso del término “amistad” porque Filipinas y España eran más que amigos. De hecho, son consanguíneos en virtud de la historia, la fe, y la difusión cultural de las que nuestro país se benefició, y no al revés. España nunca se hizo rica a nuestra costa. Y en toda la literatura filipina, España ha sido inmortalizada y personificada como nuestra madre.
Ahora analizaramos un famoso poema del mismísimo héroe nacional de Filipinas, José Rizal, para demostrar que estamos en lo cierto.
A LA JUVENTUD FILIPINA
José RizalLema: ¡Crece, oh tímida flor!
¡Alza tu tersa frente,
juventud filipina, en este día!
¡Luce resplandeciente
tu rica gallardía,
bella esperanza de la patria mía!Vuela, genio grandioso,
y les infunde noble pensamiento,
que lance vigoroso,
más rápido que el viento,
su mente virgen al glorioso asiento.Baja, con la luz grata
de las artes y ciencias, a la arena,
juventud, y desata
la pesada cadena
que tu genio poético encadena.Ve que en la ardiente zona
do moraron las sombras, el hispano
esplendente corona,
con pía y sabia mano,
ofrece al hijo de este suelo indiano.Tú, que buscando subes,
en alas de tu rica fantasía,
del Olimpo en las nubes
tiernísima Poesía,
más sabrosa que néctar y ambrosía.Tú, de celeste acento,
melodioso rival de filomena,
que en variado concento
en la noche serena
disipas del mortal la amarga pena;Tú, que la pena dura
animas al impulso de tu mente,
y la memoria pura
del genio refulgente
eternizas, con genio prepotente;Y tú, que el vario encanto
de Febo, amado del divino Apeles,
y de Natura el manto,
con mágicos pinceles
trasladar al sencillo lienzo sueles;¡Corred! que sacra llama
del genio el lauro coronar espera,
esparciendo la Fama
con trompa pregonera
el nombre del mortal por la ancha esfera.¡Día, día felice,
Filipinas gentil, para tu suelo!
Al Potente bendice,
que con amante anhelo
la ventura te envía y el consuelo.
En la primera estrofa, muchos eruditos y críticos literarios están de acuerdo en que la palabra aludida “patria” significa Filipinas, no España. Se debe notar que durante el tiempo de Rizal, el concepto de la patria significaba dos cosas: la patria grande y la patria chica. La patria grande inmediatamente se refiere a la Madre España. Por otro lado, la patria chica denota la localidad de uno: esto se puede referir al barrio, a la provincia o a la región donde nació uno. Por ejemplo: los vascos, los valencianos, los catalanes, etc. todos consideraban sus respectivas provincias / regiones como su patria chica. Los mexicanos, peruanos, filipinos, etc. todos consideraban sus respectivas provincias de ultramar o capitanía general como su patria chica. Pero para todos ellos, solo había una patria grande: España.
Pues bien, ¿cómo sabemos que la patria en este poema se refería a Filipinas y no a España? La respuesta está en la línea final de la cuarta estrofa:
Ve que en la ardiente zona
do moraron las sombras, el hispano
esplendente corona,
con pía y sabia mano,
ofrece al hijo de este suelo indiano.
“Suelo indiano” o suelo nativo se explica por sí mismo. Sin embargo, la cuarta línea de la misma estrofa se refiere a los frailes españoles, esos guerreros indomables de España, que estaban a cargo no sólo de los asuntos espirituales de los filipinos sino que también se ocuparon de su educación y bienestar. La “pía y sabia mano” (mano piadosa y erudita) se refiere a los frailes españoles. Y a aquellos que están expuestos a la Historia de Filipinas, es fácil captar la alusión de Rizal a las escuelas pías que eran las primeras escuelas públicas de nuestro país (por lo tanto no es verdad que los EE.UU. introdujeron las escuelas públicas en nuestras costas). Una de esas escuelas, ubicada dentro de la ciudad amurallada de Intramuros, incluso se convirtió en la precursora del Ateneo Municipal, la alma mater del héroe que ahora se conoce como Ateneo de Manila University.
Mientras que la patria de Rizal en este poema puede señalar únicamente a su patria chica, es decir, Filipinas, se debe notar que su patria grande no fue dejada de lado. En la estrofa final de A La Juventud Filipina, Rizal utilizó un apodo común para España, particularmente su monarquía, durante esos días: Potente, que significa poderoso. Aquí se describió que España deseaba sinceramente la felicidad y la comodidad de Filipinas:
¡Día, día felice,
Filipinas gentil, para tu suelo!
Al Potente bendice,
que con amante anhelo
la ventura te envía y el consuelo.
Y como estamos discutiendo sobre Rizal, también debemos recordar que en su homenaje a Juan Luna y Félix Resurrección Hidalgo por haber ganado reconocimiento internacional por sus pinturas, él llamó categóricamente a España como nuestra madre:
“Si la madre enseña al hijo su idioma para comprender sus alegrías, sus necesidades o dolores, España, como madre, enseña también a Filipinas…”
Rizal no fue el único filipino de su tiempo que pensó de esa manera. Muchos otros también, dirigidos por los mejores poetas filipinos tanto en español como en tagalo. Considerar a España como nuestra madre no nos hará menos filipinos. Es parte de nuestra historia e identidad.
España no es nuestra amiga, es nuestra madre.